El rápido crecimiento de la ciencia y la tecnología afecta al pensamiento, la moralidad y especialmente a la espiritualidad de las personas. Es necesario cambiar las estrategias de evangelización según las necesidades del momento actual. El Sínodo es una de esas estrategias. En 2015, el Papa Francisco habló de una Iglesia sinodal como una Iglesia que escucha. Se trata de una escucha mutua en la que todos tenemos algo que aprender. Caminar juntos puede lograr mayor unión en el pueblo de Dios.
Entendemos que sinodalidad es un camino, un estilo, o un método específico y particular es: ser iglesia como pueblo de Dios. Es una llamada para que todos caminemos juntos, escuchemos juntos, nos comuniquemos juntos y hagamos nuestra misión juntos, como una sola familia, y ser así pueblo de Dios en la Iglesia.
El Sínodo sobre la Sinodalidad ha sido una bendición para la Iglesia en la India, se trata del ejercicio nacional más grande, el primero de deste género. Han participado de 129 a 132 diócesis católicas latinas en las zonas rurales, urbanas e incluso remotas del país. Las Celebraciones Eucarísticas inaugurales en las diócesis se llevaron a cabo de manera solemne y elaborada. En algunas diócesis se ha invitado a líderes de otras religiones y tradiciones. La preparación para las consultas incluyó la traducción de los documentos a 49 idiomas locales. El logotipo y la pancarta del sínodo se exhibieron de manera destacada en las parroquias e instituciones y la oración del sínodo se recitó en las familias y parroquias.
El escepticismo y la resistencia iniciales dieron al proceso sinodal un comienzo lento en algunas diócesis. La escasez de tiempo y la situación de pandemia en curso, limitaron la capacitación de los coordinadores e impidieron llegar a áreas remotas. Pero como los esfuerzos se dirigieron a los fieles más disponibles, no se pudo incluir a muchos de los alejados de la Iglesia. La organización de las consultas estuvo a cargo del clero/religiosos en muchas diócesis donde la participación de los laicos aún no se ha destacado.
Ante todo, esta sinodalidad nos invita a tener una correcta relación con la familia cósmica. Intentamos reexaminar nuestra relación con toda la creación, con la naturaleza. Los cambios climáticos afectan la vida en la tierra de muchas maneras. Estos cambios están teniendo impacto en el ecosistema y la ecología, porque el mundo ahora se está calentando más rápido que en cualquier otro momento de la historia. Como respuesta a esta situación, en nuestra comunidad sembramos árboles con motivo de cualquier celebración o reunión en la iglesia y en la comunidad.
Aunque ya se sabe que nuestra zona es siempre propensa a la sequía y dependiente del monzón, asumimos el desafío de cuidar el agua y sensibilizar a los niños, jóvenes y personas que nos rodean. Ahora nos alegra ver a los jóvenes que van entregando arbolitos a la gente para que los siembren en su entorno. Esperamos lograr un futuro mejor que ofrezca cambios positivos en nuestro distrito de Sivagangai.
En segundo lugar, también a nosotras nos ayuda reexaminar las relaciones en nuestras comunidades y en con la iglesia local. Después de conocer esta sinodalidad, la iglesia se ha esforzado en invitar a los laicos, religiosos consagrados y miembros seglares, explicando lo que significa la comunión, la participación y la misión en la iglesia.
Se ha animado a todos los grupos a compartir sus puntos de vista y opiniones sobre nuestra participación y papel en la iglesia. Ha sido algo muy bueno experimentar la escucha generativa y la participación creativa que nos da la esperanza de revitalizar a nuestra iglesia como pueblo de Dios. Somos conscientes de que hemos de promover una toma de decisiones basada en el consenso. En nuestras comunidades, en nuestras áreas de misión, se nos presenta el desafío de pasar del modelo de "mando y control" al modelo de consenso.
En tercer lugar, nos sentimos llamadas a vivir con más y más transparencia en nuestra toma de decisiones, en la gestión financiera y en nuestro campo misionero. Es una ocasión para vivir nuestro carisma de comunión en y alrededor de la comunidad y dar pasos para una acción transformadora hacia nuestra vida y misión. Esta sinodalidad nos movió a salir de la actitud del individualismo a la de comunión.
Hoy en nuestro mundo, hay una mayor conciencia de la libertad, la autonomía, la dignidad, los derechos humanos, etc. Como dice San Pablo, la iglesia es un cuerpo en el que todos los miembros están vinculados en una relación de interdependencia e igual dignidad, pero por supuesto con diferentes dones y carismas. Este caminar juntos nos llamará a renovar nuestras mentalidades y nuestras estructuras eclesiales para vivir la llamada de Dios a la Iglesia en medio de los signos de los tiempos actuales. La escucha de todo el pueblo de Dios nos lleva a respetar la dignidad humana y a dar preferencia a los sin voz y a los abandonados.
Nuestro Fundador Pedro Bienvenido, cultivó la llamada a renovar la Iglesia de su tiempo, a presentar al mundo un Dios cercano y una Iglesia con “rostro de familia”. Las primeras comunidades cristianas nos han dejado el ejemplo. El Fundador, Inspirado por Dios concibió el proyecto de una gran Sociedad, algo muy nuevo para su tiempo. Deseaba acoger en su seno a mujeres y hombres de todas las condiciones y vocaciones.
Todos nosotros estamos llamados a vivir una vocación que es la santidad como cristianos bautizados. La sinodalidad va a cambiar la forma de participar en la construcción de la Iglesia y ese es el sueño, la visión, el deseo de nuestro Fundador: "Un solo corazón, una sola alma, una sola voluntad: hacer amar a Nuestro Señor y ganar todos los corazones para Él. Entonces, este buen Maestro habitará en medio de vosotros, y la Asociación Sagrada Familia, fiel a su misión, seguirá haciendo el bien sobre la tierra”.
Unidad India