Solo Dios – El espíritu de la Sagrada Familia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El término “Solo Dios” se repite incesantemente en los escritos del Venerable P. Bienvenido Noailles. Esta intuición se debe, ciertamente, a la profunda experiencia de Dios que tuvo a los pies de la Virgen de San Sulpicio en París. Esta experiencia cambió la dirección de su vida y le condujo a entrar en el seminario tres días después. Leemos en sus apuntes...Que ya no vea nada más que a ti. Que no viva más que para ti". (Notas de Issy 1817. En la fuente 4)

Para él, Dios es el Dios trinitario, que se entrega a sí mismo, que es inclusivo, que es Amor sin fin, que es el Misterio Máximo que se hace visible en Jesucristo, nacido de María y acogido por José en su casa de Nazaret, en una maravillosa Comunión de Amor.

Sólo Dios era para él, no sólo un lema, sino un modo de vida radical, un espíritu que animaba todo su ser. Sólo Dios era el grito que brotaba espontáneamente de sus labios y de su pluma como respuesta a las pruebas y a las penas, a las alegrías y a los éxitos.

Decía repetidamente que Jesús, María y José amaban, buscaban y deseaban sólo a Solo Dios.  Vivir sólo para Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús, María y José, se ha convertido en el núcleo de la espiritualidad de la Sagrada Familia.

 

De hecho, la identificación con la Sagrada Familia en su vivir solo para Dios abarca todos los aspectos de la vida y es una tarea que dura hasta la muerte.  Es la vocación de cada miembro de la Sagrada Familia, afirma el P. Noailles, y una forma de vida que garantiza felicidad y paz.

Él estaba convencido de que el espíritu de Solo Dios, vivido en "grado heroico", es necesario para garantizar que la comunión se viva visiblemente y promueva el reino de Dios. La vivencia de la riqueza de este proceso de entrega a un SÍ cada vez más profundo y pleno a la vida en toda su plenitud, es la vivencia del espíritu de Solo Dios.  Es este espíritu el que enriquece nuestra limitada capacidad de ir más allá de los límites, de aceptar en paz y amor las circunstancias que parecen superar nuestra capacidad, de seguir viviendo en la esperanza y en la confianza.

Amar, buscar y desear a Solo Dios es una invitación a vivir con una conciencia profunda, a involucrarse plenamente con la vida, a abrirse a la profunda unidad dentro de toda la vida, a buscar la esencia sagrada en el corazón de todo, conectando con toda la vida en una red sagrada de comunión.