25 AÑOS DE FUNDACIÓN DE EMBILIPITIYA

Embilipitiya forma parte de la Diócesis de Galle, entonces era una ciudad en crecimiento rápido debido a los métodos de irrigación, a la agricultura, a la industria del papel, y al desarrollo de la población asentada en las orillas del rio. Las Hermanas de la Sagrada Familia llegaron a Embilipitiya un 17 de febrero de 1985.

25 AÑOS DE PRESENCIA DE LA SAGRADA FAMILIA EN EMBILIPITIYA

Embilipitiya forma parte de la Diócesis de Galle, entonces era una ciudad en crecimiento rápido debido a los métodos de irrigación, a la agricultura, a la industria del papel, y al desarrollo de la población asentada en las orillas del rio. Las Hermanas de la Sagrada Familia llegaron a Embilipitiya un 17 de febrero de 1985.

Monseñor Sylvester invitó a las Hermanas a fundar en su diócesis siendo Provincial M. Josephine Mendis. La finalidad principal de la presencia de la Sagrada Familia era procurar una educación religiosa sólida a las hijas de las familias católicas, que en aquel tiempo eran 62. Al principio las hermanas venían desde la comunidad de Brawakubukka situada a 17 de kilómetros. Pero debido a las dificultades de transporte y la ausencia de medios no podían responder a su misión en la parroquia. 

Con la aprobación de la Hna. Josephine Mendis y de Mons. Sylvester, el párroco empezó a construir una casa para ellas. Las hermanas Arcadia, Odile y Marie Paule formaron la primera comunidad. Odile se comprometió a trabajar en el Colegio, Marie Paule ayudaba en la Parroquia. Arcadia empezó una escuela materna respondiendo a la petición que habían hecho los padres de religión budista. Al principio empezaron en el garaje de la Parroquia hasta que se terminara de construir la escuela nueva. Según se lee en las actas de la provincia de  Sabaragamua la escuela contaba con 69 niños y 9 maestras. Más tarde, los conflictos religiosos fueron la causa de que los padres se negaran a enviar a sus hijos a la escuela. Actualmente la situación ha cambiado quizás porque se han renovado las relaciones con la aldea y se visita a las familias regularmente. Actualmente hay 60 alumnos en la escuela.

Se empezó en la parroquia un movimiento para niños de todas las religiones que se conoce con el nombre de Lakrivi. Hoy día es un movimiento floreciente. Se forma a los niños para que desarrollen sus talentos y aptitudes, cuiden el medio ambiente, y aprendan a trabajar juntos en armonía.

También se comenzó un club de jóvenes, donde se les motiva a participar en diferentes competiciones y a desarrollar sus posibilidades. Esta organización les procura una educación sólida. Se les forma para que organicen la oración de la mañana. Algunas veces fallan porque las casas quedan lejos de la parroquia.

Los servicios sociales son una prioridad. Con la ayuda del P. Paul Sunil y la de Caritas se han conseguido máquinas de coser y sillas para organizar un programa de formación para las jóvenes. Los sacerdotes budistas también colaboran en el desarrollo de las aldeas rurales. Debido a la crisis económica que aqueja a las familias se ha motivado a las jóvenes para que trabajen en la industria del vestido.

Se han abierto clubes de mujeres. En Thorakolavaya, una aldea de Embilipitiya, el club cuenta con 25 miembros. Su finalidad principal es animar a las mujeres a ocupar su puesto en el hogar y en la sociedad. Estos  proyectos están financiados por SEDEC, una organización al servicio de los pobres y necesitados. Las hermanas organizan encuentros mensuales donde enseñan a las mujeres el valor de la colaboración y de la ayuda recíproca. Las reuniones se organizan en las casas de los miembros del grupo. Algunas duran tres horas.

Estos servicios continúan prestándose hasta el día de hoy. Las hermanas están felices de trabajar en esta parroquia tan alejada donde pueden testimoniar su fe en medio de una población mayoritariamente budista. La misión es un ejemplo de que es posible trabajar con cualquier religión para elevar el nivel de vida  de la población y disminuir la pobreza. Al celebrar estos 25 años de presencia podemos decir:

“¡Gracias, Señor por todas estas bendiciones!”