LOS ANCIANOS EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO
En África, y de manera particular en el Congo, los ancianos han tenido siempre un lugar especial en la sociedad. Por una parte están protegidos y son muy deseados porque encarnan la sabiduría; por otra, son mal vistos porque se sospecha que utilizan su inteligencia para hacer mal a los demás, según la concepción de la brujería. Estas dos opiniones están muy a menudo presentes en la sociedad.
Consideremos la primera realidad: en un pasado cercano donde no se conocían ni la lectura ni la escritura los conocimientos sólo podían transmitirse oralmente. Los ancianos se basaban en referencias a seres naturales: un árbol, una roca, un río…y en los acontecimientos. Transmitían oralmente a las nuevas generaciones la historia de su clan, su aldea o región. Eso se hacía a la sombra de los grandes árboles durante el día y alrededor del fuego por la noche. Los ancianos eran, de alguna manera, “archivos” humanos, los que guardaban el pasado, hasta tal punto que cada vez que un anciano moría, una parte de la herencia del pasado se perdía, como lo expresaba CHEIK ANTA DIOP: “Cuando muere un anciano en África, arde una biblioteca entera.”
El anciano, no pudiendo ya trabajar, era el vigilante y protector de la aldea durante el día. Los padres confiaban en él y le dejaban a sus hijos. En un ambiente espontáneo e informal se transmitía, educación y conocimiento de los valores humanos, del pasado, un sentido del heroísmo, etc.
Nadie podía dudar de que su presencia fuera preciosa y por eso se les cuidaba bien. A la tarde, cuando los demás regresaban de la selva, recibían todo lo que necesitaban: leña, agua, fruta, pescado, la mejor pieza de la caza y varios platos que las diferentes familias les llevaban para cenar. Así se le atendía hasta el final de su vida, y se deseaba que viviera el mayor tiempo posible. Su presencia protectora se prolongaba después de su muerte, por eso él deseaba que se le enterrara en su aldea de origen, en la selva de sus antepasados, en los cementerios de los clanes, al lado de los suyos, aunque hubiera vivido en otro lugar. La edad media era de 60 años. Morir más joven era siempre un problema en relación con una influencia maléfica donde había que enfrentarse con los “espíritus”. Una de las causas principales de la entrada de la muerte en el clan era la división, la falta de entendimiento. La unidad del clan asegura una vida larga para cada uno. El anciano cuidaba las relaciones interpersonales y promovía la continua reconciliación de los miembros del clan. Con los mismos poderes podía atraer la mala suerte sobre el clan.
La segunda consideración es actual. Todo evoluciona, las condiciones de vida cambian, el mundo se abre a otras realidades.
Actualmente, en ciertos momentos hay como un retroceso unido a un cierto bandidaje sobre todo en los jóvenes delincuentes. Un anciano, es decir el que tiene cabellos blancos, se le considera como el que tiene la artimaña de utilizar su inteligencia para atraer la muerte de otros miembros de la familia. Está obligado a esconderse durante algunos días después del fallecimiento de un joven del clan, cuando se sospecha que es cómplice de la misma.
Para terminar, un anciano africano o congoleño es un don para la familia, el clan y la aldea. No sólo encarna la sabiduría, las costumbres y los valores humanos, sino también el respeto a toda la creación en general, y a la vida humana en particular.
Marie Pierre Otiba
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