DIA DE LA FUNDACIÓN

Desde su época de seminarista, el P. Noailles había concebido la idea de fundar una asociación abierta a todas las vocaciones. Empezó a realizar este deseo en la parroquia de Santa Eulalia, iniciando el Catecismo de la Perseverancia con laicos. En este rico terreno de compromiso laico, se enraizó la primera comunidad religiosa. Caroline Romain, Seconde Giraudet y Catherine Aimée Noailles se reunieron con el deseo de consagrarse por votos religiosos, vivir en comunidad y comprometerse en el servicio a los demás. Fundaron su comunidad la víspera del 27 de mayo de 1820, fiesta de la Santísima Trinidad, disponiendo solo de 80 francos para satisfacer sus necesidades básicas. Con el paso del tiempo, recibieron más miembros, se trasladaron a otros lugares y respondieron a muchas necesidades.

El P. Noailles orientó espiritualmente a los miembros de esta primera comunidad  y redactó su Regla de Vida.  A medida que surgieron nuevas necesidades y aumentaron los ministerios, se organizaron en diferentes ramas. También se fundaron las Seculares Consagradas, los Sacerdotes y las Contemplativas.  Los Asociados Laicos, que habían estado presentes desde el principio, eran ya muy activos y fueron recibidos solemnemente en la Asociación. 

Hay que recordar que lo que el P. Noailles quería fundar no era una congregación religiosa como tal, sino una Asociación abierta a todas las vocaciones. El Grupo Religioso Apostólico formaba parte de esa Asociación. Sin embargo, a medida que evolucionaba y se expandía numérica y geográficamente, la Asociación experimentó una tensión entre lo que pretendía el Fundador y lo que exigía la Iglesia. Hay tres momentos clave en los que esta tensión se dejó sentir con fuerza.

España exigió que las congregaciones que trabajaban en España tenían que estar canónicamente aprobadas por Roma. Las Hermanas tuvieron que aceptarlo a pesar de que no se ajustaba del todo a la idea del P. Noailles. Sin embargo, esta aprobación hizo posible la supervivencia de la Sagrada Familia. Como consecuencia negativa, las otras vocaciones, dentro de la Familia, recibieron menos atención.

Cuando la Iglesia llamó a los misioneros a trabajar en tierras lejanas, fueron las Religiosas quienes respondieron a esa petición. Como resultado, crecieron más rápidamente en las tierras de misión, mientras que otras vocaciones no fueron promovidas en los nuevos lugares.  No era fácil mantener la identidad de las Ramas.  Sin embargo, las diferentes vocaciones siguieron existiendo en Francia y en algunos otros países europeos, pero no recibieron la misma atención como parte de la misma Asociación.

En 1957 se recibe una llamada de Roma para cambiar la estructura de la Congregación Religiosa dividiéndola en Provincias y Delegaciones. Una vez más, las responsables se enfrentaron, por un lado,  a la cuestión de la idea original del Fundador, por otro a las exigencias de la Iglesia. En el Capítulo General de 1957 se aceptó la nueva estructura.

Estos tres momentos debilitaron a la Asociación como una sola Familia con cinco vocaciones diferentes. Sin embargo, los miembros se esforzaron por salvaguardar y vivir el espíritu de la Asociación.

El momento de gracia fue el Concilio Vaticano II. que Invitó a todas las Congregaciones a volver a la inspiración fundacional original y a hacerla relevante en la actualidad. Nuestra congregación se tomó muy en serio esta invitación y trabajó duro para revivir la inspiración original, tanto en el espíritu como en las estructuras de la Asociación. Esto era importante para nosotras porque la propia estructura es parte integrante de nuestro carisma. Se hizo un gran esfuerzo para estudiar los escritos del Fundador, clasificarlos, traducirlos y presentarlos en formas fácilmente accesibles y legibles para todos. Mientras se desarrollaba este trabajo a nivel general, las distintas Provincias y Delegaciones comenzaron a promover todas las vocaciones de la Sagrada Familia. Fue un momento de búsqueda, discernimiento y esfuerzos incansables. Fue un viaje sin hoja de ruta.

Después de tanto trabajo, volvieron a surgir dificultades. La Iglesia no tenía una estructura formal para tratar con asociaciones compuestas por diferentes vocaciones, por lo que no podía aprobar una Familia con cinco vocaciones. Se propusieron posibles alternativas. Tras otro proceso de discernimiento, la Familia optó por la estructura actual de un Instituto Religioso con dos vocaciones: Apostólicas y Contemplativas. Actualmente la Asociación cuenta también con el  Instituto Secular, los Sacerdotes Asociados y los Asociados laicos. Esta es la estructura canónica, pero en fidelidad a la intención original del Fundador vivimos como Una Familia con cinco vocaciones. Hoy el Consejo de Familia y su Comité Permanente ayudan a la Familia de Pedro Bienvenido Noailles a caminar juntos, viviendo su espíritu y su misión.

En el Capítulo General del Instituto Religioso celebrado en 2021, nos planteamos una pregunta crucial, que mantuvimos presente a lo largo de la preparación y del propio proceso capitular.

«¿Podemos seguir viviendo nuestro objetivo al comenzar nuestro tercer siglo?

Creemos que sí, pero ¿cómo? En el propio Capítulo General nos hemos propuesto seis pasos audaces. Todo depende de cada uno de nosotros. ¿Estamos dispuestos a asumirlos y vivirlos con verdadero espíritu de transformación? ¿Estamos dispuestos a abandonar lo que debe abandonarse y a entregarnos desinteresadamente y sin miedo para transformarnos en algo nuevo? ¿Podemos vivir la especificidad de nuestra Vocación de Religiosas Consagradas, siendo conscientes de que somos miembros iguales de una Familia con cinco vocaciones? ¿Podemos ser conscientes de que somos Asociadas Apostólicas y Contemplativas en la Familia de Pedro Binvenido Noailles aunque nos llamemos Religiosas Consagradas según la exigencia canónica de la Iglesia?

En el siglo XIX, el P. Noailles era considerado como un hombre que se adelantó a su tiempo y en el siglo XXI lo sigue siendo.. La Iglesia   no tiene las disposiciones del Derecho Canónico para aprobar el hermoso proyecto que concibió el P. Noailles, aunque en todas las etapas ha sido apreciado por la Iglesia.

Winifreda Wasalathanthrige,

Kitumba, Uganda