“MI ALIMENTO ES HACER LA VOLUNTAD DEL QUE ME ENVIO Y LLEVAR A CABO SU OBRA” Jn. 4,34
Hemos visto la imagen del tres de enero del 2.019 a nuestras hermanas Merche y Dani cerrando la puerta de Mariscal-S. Teresita, dos la cierran, pero… “salimos todas con ellas” ya que somos una unidad, una Familia. Hace cincuenta y tres años y ocho meses otras dos hermanas, la abrían, en Santa Teresita, Asunción Novoa y Lucita Santos y en Mariscal, Isabel Zabaleta y Dolores Soler. Mientras tanto, ¡Cuanta vida entregada, de tantas hermanas y cuanta vida recibida de la gente sencilla con quienes compartimos el camino!
Después de nuestra presencia en Brasil, es la casa más antigua que teníamos en A. Latina, ya que desde el principio, nuestra opción por los más marginados estuvo siempre presente en nuestras opciones y hasta hoy, así empezamos en Paraguay, con los pueblos indígenas, que en general hasta hoy, son infravalorados, en nuestras sociedades selectivas, nos suponía muchísimo dejar ese lugar, el único donde se quedara para siempre nuestra Hna. M. Dolores Paniagua una más entre los restos indígenas.
Por esto lanzamos un ¨SOS¨ en la última Asamblea de Red que tuvimos en Santos Mártires, ya que dadas las circunstancias, no éramos suficientes como para sostener las dos comunidades, pero el silencio… nos hizo ir viendo, que “nuestra misión allí, ESTABA CUMPLIDA” Estos días recordé mucho, cuando hace unos años los Jesuitas dejaban Santiago, Santa Rosa y San Patricio y yo les dije, pero como se van de aquí teniendo tanta historia´´ Y me respondieron: “no estamos aquí para cuidar ruinas, ni museos…sino para que tengan vida y por aquí ya fluye la vida…”
Al pasar esta última Navidad con las hermanas allí en la misión de Santa Teresita, sentía que de verdad la vida ya fluye y en abundancia…!que distinto de cuando hace años iban a la escuela apenas unos 25 o 30 niños, y ahora, escuela colegio, todos los profesores, enfermeros, catequistas y profesores de danzas, son de la propia comunidad, todos indígenas, eso es un consuelo, en medio de tanto sentir… una de estas familias nos invitó a su casa a pasar la Navidad, aceptamos con muchísimo gusto, fue algo hermosísimo, creo que una de las mejores navidades de mi vida, sobre todo que nos acogieron en su casa, en su familia, en fecha tan singular y familiar, nos ofrecieron su mejor cena, su cariño y gratitud, de esa manera silenciosa como saben ellos hacerlo, hablan con gestos. Luego hubo muchos cantos y bailes hasta pasadas las doce. Realmente recordamos ese día a la Sagrada Familia en Belén…, una entre tantas…
Llegamos con mucha juventud, nos vamos con mucha experiencia y vida, después de haber acompañado a los hermanos, como otras viajeras más, podemos decir nada traíamos sino mucho amor y solo eso llevamos, pero mucho más grande y humano nuestro corazón. Creemos que el Buen Padre se sentirá contento, de habernos visto recorrer con ellos el camino, y que a pesar de las fragilidades… “no nos apartamos de los que viven bajo la ley común”. (Reglas Generales) compartimos con ellos de la mejor manera que supimos. Solo quiero decir una palabra GRACIAS en primer lugar a nuestra Familia “Sagrada Familia” ya que mediante este ser Familia, pudimos acompañar tanto tiempo a estas comunidades, gracias a toda la gente con la que gozamos y sufrimos. GRACIAS a los Oblatos, si Mons. Lucas nos acogió con todo su corazón de Padre, Mons. Lucio Alfert, nos acompañó y despidió con su gran corazón de hermano y con todo el dolor de su alma por nuestra partida, nos entregó una placa de gratitud a la Sagrada Familia, por tanta entrega vivida, en el trabajo de cada día, con la gente y con los Oblatos de María Inmaculada y con algún otro sacerdote del Vicariato.
Les deseamos todo lo mejor a todos, por todo lo vivido juntos, y que el reino de Dios siga creciendo hasta que lleguemos a la plenitud del Cristo Cósmico. Llegar a la vida plena, supone pasar por la muerte, que nuestro Espíritu de Solo Dios y de Comunión, nos sostenga, fortalezca y anime a seguir y vivir como Jesús, María y José, buscando siempre juntas la voluntad del Padre Madre DIOS.
Amelia Fernández García Cdad. De Ñemby. Paraguay.