Las Religiosas de la Sagrada Familia se despiden de la Carolina

En medio de la gran fiesta cristiana de la Navidad, en la que celebramos con gozo que el Señor viene a quedarse con nosotros para llenar nuestras vidas de misericordia, de paz, de alegría… finalizamos un año por el que damos gracias a Dios por su caminar a nuestro lado, “porque nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes”. Es esta una ocasión para la alabanza, el examen, la esperanza y el agradecimiento.

En este agradecer al Señor su gran amor, su cercanía a la humanidad, quisiéramos de manera especial no finalizar el año sin manifestar nuestra gratitud a las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos por la labor pastoral y humana que han venido realizando en La Carolina

Las Hermanas han estado entre nosotros cuarenta y tres años en los que fieles a su carisma “Buscar y amar a solo Dios” y con el deseo permanente de conformar sus vidas a la de la Sagrada Familia de Nazaret, han trabajado en la construcción del Reino en las diferentes parcelas de la pastoral con un gran celo apostólico y un amor preferencial a los pobres de toda índole. Qué riqueza para una localidad, haber tenido entre sus vecinos a una comunidad de religiosas que ora y sirve.

Gracias por la presencia de las hermanas contemplativas, las primeras que fieles al carisma del fundador, el Buen Padre Pedro Bienvenido Noailles, pusieron la semilla de Jesús, José y María en estas tierras carolinenses. Con Montserrat, Inés y Mª Dolores, se inició la comunidad apostólica hasta que se clausuró la casa días pasados con Remedios, Teo, Aranxa y Begoña, han sido sal y luz entre nosotros.

Damos gracias al Señor por todas las que habéis gastado generosamente vuestras vidas para servir al Señor en los hermanos, “sembrando espíritu de familia, amando a sólo Dios”.

Como dice el Papa Francisco, “oléis a oveja”, porque habéis estado cerca de la gente, compartiendo alegrías y dificultades desde vuestro silencio y desde la oración. Por todo esto diremos con el salmista, por vuestro acompañamiento en esta tierra sanjuanista, que ahora celebra los 250 años de su nacimiento, “Es bueno darte gracias, Señor, de corazón…”.

Ellas han dado de comer al hambriento, de beber al sediento, vistiendo al desnudo, visitando a enfermos y en la cárcel… trabajando en la evangelización y en el ejercicio de la caridad. Algunas de las tareas pastorales han sido iniciativa suya. En nuestras parroquias han colaborado en la catequesis, en campamentos para niños, en el Club de Ocio y Tiempo Libre, en la pastoral juvenil, con familias, en Vida Ascendente, en la liturgia, en el coro, en la Adoración Nocturna, visitando personas mayores… Su compromiso misionero les llevó a atender a drogodependientes, familias con necesidades de todo tipo, comunidad gitana, Proyecto Hombre, Cáritas, Comedor Social, Escuela de Monitores de Ocio y Tiempo Libre, Manos Unidas… siempre dispuestas a decir “sí” a los planes del Señor

Por este motivo se celebró una eucaristía de acción de gracias en la parroquia de La Inmaculada, presidida por D. Carmelo Lara Mercado, párroco de la feligresía en la que concelebraron los sacerdotes de la localidad y participaron una gran cantidad de carolinenses de las tres parroquias. D. Carmelo en la homilía habló de la vida religiosa como un camino de santidad y agradeció el servicio al Señor y a la Iglesia que tantas hermanas han desarrollado durante estos años en las diferentes comunidades cristianas. Al finalizar, las hermanas dieron las gracias por la acogida, el cariño y la colaboración recibida durante estos años y entregaron a los sacerdotes un cuadro para cada comunidad parroquial como recuerdo de su paso por ellas. Tras la celebración eucarística tuvo lugar en un restaurante, un tiempo de convivencia en el que varios vecinos tomaron la palabra valorando la gran labor realizada por las religiosas, mostraron su gratitud con palabras profundas, y entre unos aplausos salidos del corazón se les entregó un sencillo recuerdo.

Ahora han marchado a otra misión que desde la obediencia y la confianza puesta en el Señor están iniciando. Deseamos todo lo mejor para esta nueva etapa, siempre perdurará aquí en estos parajes, su semilla de familia, de familia de Nazaret, dejando una multitud de amigos para siempre, como dice la canción.

Que allá dónde estéis sigáis teniendo presente a este pueblo que fundara Carlos III y que el Espíritu del Señor os siga animando para ser testigos de su amor, esa continuará siendo vuestra tarea como dice nuestro santo patrón y poeta S. Juan de la Cruz:

 

“Mi alma se ha empleado,

y todo mi caudal, en su servicio;

ya no guardo ganado,

ni ya tengo otro oficio,

que ya sólo en amar es mi ejercicio”.

(Cántico espiritual)

Pedro Fº Criado Menor