Año de la Vida Consagrada: Con el Papa en la Cuaresma – 3

 

 

Hacernos expertas en comunión.

Un individualismo exagerado y un sentido de autonomía personal sin responsabilidad comunitaria, caracteriza a gran parte de nuestra sociedad. Las nuevas posibilidades de comunicación digitalizadas son fascinantes, pero en realidad no satisfacen. Muchas personas anhelan lugares de encuentro más personales, de intercambios más profundos en un clima de confianza mutua.

  • ¿Cómo nuestras comunidades satisfacen este deseo?

 

“Los fundadores y fundadoras estaban fascinados por la unidad de los Doce en torno a Jesús, de la comunión que caracterizaba a la primera comunidad de Jerusalén. Cuando han dado vida a la propia comunidad, todos ellos han pretendido reproducir aquel modelo evangélico, ser un sólo corazón y una sola alma, gozar de la presencia del Señor “

                                                                                     (Cf. Perfectae caritatis, 15)

 

“Vivir el presente con pasión es hacerse «expertos en comunión», «testigos y artífices de aquel “proyecto de comunión” que constituye la cima de la historia del hombre según Dios. En una sociedad de enfrentamiento, de difícil convivencia entre las diferentes culturas, de prepotencia con los más débiles, de desigualdades, estamos llamados a ofrecer un modelo concreto de comunidad que, a través del reconocimiento de la dignidad de cada persona y de compartir el don que cada uno lleva consigo, permite vivir en relaciones fraternas.”                                     

(Carta Apostólica del Papa  - Año de la Vida Consagrada)

 

“La comunión se practica ante todo en las respectivas comunidades del Instituto. A este respecto, invito a releer mis frecuentes intervenciones en las que no me canso de repetir que la crítica, el chisme, la envidia, los celos, los antagonismos, son actitudes que no tienen derecho a vivir en nuestras casas. Pero, sentada esta premisa, el camino de la caridad que se abre ante nosotros es casi infinito, pues se trata de buscar la acogida y la atención recíproca, de practicar la comunión de bienes materiales y espirituales, la corrección fraterna, el respeto para con los más débiles... Es «la mística de vivir juntos» que hace de nuestra vida «una santa peregrinación»

                       (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium 24 noviembre 2013,87)

 

Vosotros, los jóvenes, que sois el futuro... Seréis protagonistas en diálogo con la generación que os precede. En una comunidad fraterna, podéis enriqueceros con su experiencia y sabiduría y, al mismo tiempo, comunicarle de nuevo el ideal que conoció en su origen y ofrecerle impulso, frescura y entusiasmo.

“También debemos preguntarnos sobre la relación entre personas de diferentes culturas, teniendo en cuenta que nuestras comunidades se hacen cada vez más internacionales. ¿Cómo permitir a cada uno expresarse, ser aceptado con sus dones específicos, ser plenamente corresponsable?”

                                          (Carta Apostólica del Papa  - Año de la Vida Consagrada)

 

“Vivid la mística del encuentro: «la capacidad  de escuchar a las demás personas. La capacidad de buscar juntos el camino, el método»  dejándoos iluminar por la relación de amor que recorre las tres Personas Divinas (cf. 1 Jn 4,8) como modelo de toda relación interpersonal.”

                                               (Carta Apostólica del Papa  - Año de la Vida Consagrada)

 

  • ¿Dónde me encuentro en el arte de escuchar y en las relaciones diarias?
  • Las personas que nos visitan sienten en seguida si hay una benevolencia recíproca o una tensión irritada. ¿Qué sienten en nuestra comunidad?