Hoy en día, vivimos en un mundo de caos. Cualquier cosa que escuchamos o leemos a través de los medios de comunicación, es en general acerca de la violencia, los asesinatos y todo tipo de atrocidades causadas a la humanidad y la naturaleza. La codicia, el poder, el control, la represión y la opresión parecen ser la regla del día.
Domingo de la Trinidad
Hoy en día, vivimos en un mundo de caos. Cualquier cosa que escuchamos o leemos a través de los medios de comunicación, es en general acerca de la violencia, los asesinatos y todo tipo de atrocidades causadas a la humanidad y la naturaleza. La codicia, el poder, el control, la represión y la opresión parecen ser la regla del día.
Esperanza, un sueño lejano.
En medio de esta realidad, celebramos la fiesta de la Trinidad, un trío, una comunidad, un grupo de Amor-Comunión. Cuando nos encontramos con Jesús en su Palabra se nos abre una dimensión completamente nueva de que su Dios es el Ser por excelencia.
"El Espíritu de Dios está sobre Mí y me ungió para anunciar la Buena Noticia a los pobres…(Luc 4,18) "Yo hablo de lo que he visto donde mi Padre" (Jn 8,38 y 42); "Todo me lo ha encomendado mi Padre; nadie conoce al Hijo sino el Padre" (Mt 11,2) "Mirad los lirios del campo y las aves del cielo…mi padre les alimenta" (Mt 6,26-28) "…Para que sean uno como nosotros…" (Jn 17, 11).
Jesús siempre habla de Dios en términos de una relación profunda e íntima. ¡Dios es relación!
Si Dios, como creemos y experimentamos es fuente de vida, es la fuente de toda la vida, entonces la tierra, el universo todo lo que es un lugar de abundancia de vida en sus formas más variadas, es la auto-expresión de Dios amor. ¿No es esto lo que las nuevas ciencias divulgan como la historia del universo -1.375.000.0000, años de historia con sus millones de especies diferentes? ¿No es el Dios que se deleita en las criaturas, en su diversidad y especificidad - el Dios de todos y todas en Dios? ¿No es esta historia de nuevo universo - que contempla el universo en constante expansión; el universo donde cada criatura recibe su existencia de la otra en un proceso de auto-donación, donde la interrelación y la interdependencia es la esencia de toda vida, la historia en curso de la evolución creciente de todo incluido Amor de Dios / Energía?; Entonces, ¿no podría decirse que la naturaleza del universo y su función que descansan en tres principios básicos – diversidad, subjetividad, y comunión - son una encarnación de la vida trinitaria.
En el documento: "Vida consagrada para la misión" leemos:
"Creemos en un Dios que está más allá de nuestro alcance pero misteriosamente presente, un Dios que es comunión, Trinidad, Familia. Creemos en un Dios que es AMOR, que expresa y encarna ese amor plenamente en Jesús y continuamente en toda la creación" (Doc. 2.6).
"Nuestro Carisma Sagrada Familia acoge el universo entero con su multiplicidad de relaciones que van generando vida. Nos llama a un dinamismo relacional que nos ayude a tener una nueva comprensión de nuestro ·ser Familia" (Doc 3.2).
"- La gran familia, la comunidad sagrada de la tierra, cuya fuente es Dios Trinidad que es Amor-comunión\" (Compromiso Colectivo 2008, p. 4).
"Este fue de hecho el sueño del Fundador - un gran árbol con flores y frutos de todas las estaciones; aves de todos los colores y países, cada especie tiene su propia canción específica sin embargo, hay una profunda armonía - especificidad, diversidad, que conduce a la comunión. ¡Éste es también el sueño de Dios!"
"Esta fiesta nos invita a reconocer nuestras raíces. Es como un regreso a la "matriz", donde hemos recibido la vida para seguir acogiendo sus cuidados. ¿Cómo me relaciono con árboles, flores, pájaros, animales, ríos, montañas, el sol y las estrellas? ¿ Veo el rostro de Dios, oigo la canción del amor de Dios en todos ellos? ¿Me siento parte del TODO, y responsable todo lo que existe y de cada elección que hago en relación con él?"
Es también una llamada a reconocer los bloqueos que nos separan; a ser conscientes de quienes somos realmente: seres relacionados entre sí, seres interdependientes, asumiendo el proceso de morir para permitir un nuevo nacimiento; de entregar la vida para que haya abundancia de vida para todos.