Por la muerte y la Resurrección de Jesús, la obra salvadora de Dios no concierne solamente a la humanidad, sino a todas lo creado. El ser humano y la Creación son así interdependientes. (Col 1, 18-20)
HOY RESUCITÓ Y SIGUE VIVO
Por la muerte y la Resurrección de Jesús, la obra salvadora de Dios no concierne solamente a la humanidad, sino a todas lo creado. El ser humano y la Creación son así interdependientes. (Col 1, 18-20) En la persona de Jesús toda la humanidad y toda la creación han sido asumidas. Así pues en El, toda la humanidad y toda la creación han realizado ya su objetivo, su fin y su sentido: han correspondido al amor libre, incondicional y gratuito de Dios. Cada PASCUA es una celebración de la creación entera, transformada a la luz del Resucitado (Denis Edwars) La alegría pascual impregna hoy a toda la Iglesia y a toda la Humanidad pues en Cristo Resucitado el universo queda restaurado. Pero ¿podemos hablar de Resurrección en cada uno de nosotros, en las estructuras y en las realidades humanas que hoy estamos viviendo? Aunque las palabras “muerte”, “catástrofe”, “guerra”, “conflicto”… siguen acaparando nuestra vida cotidiana, intuimos con los testigos de la Resurrección y las Primeras Comunidad Cristianas, que Jesús RESUCITÓ y ESTÁ VIVO.
Aparece muy VIVO en los esfuerzos de tantas personas por tener pan, trabajo, casa, dignidad… y en la solidaridad de quienes los apoyan.
Está VIVO en los grupos que viven en amor y esperanza construyendo una humanidad mejor para todos. VIVE en la alegría de tantas personas comprometidas para que todo y todos tengan Vida. VIVE cuando miramos la realidad del mundo no con desánimo, sino implicándonos por mejorarla y trabajamos por los derechos y la dignidad de todos. VIVE cuando hacemos de la interdependencia un nuevo modo de relacionarnos con todo lo creado. Sigue VIVO cuando, frente a la muerte física de tantos seres humanos y la extinción de tantas especies, seguimos proclamando: HOY RESUCITÓ.
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