La situación de la gente de Vanni, región de Sri Lanka, atrapada en el fuego cruzado, y reunida en manada en los campos de desplazamiento y alrededores de Vavuniya (Sri Lanka central), ha estado muy presente en las noticias durante las últimas semanas.
Introducción
“Después de dos semanas me gustaría escribir algo sobre mis experiencias. Desde que dejé Colombo el 13 de marzo estoy feliz de poder hacer algo por nuestro pueblo. He experimentado la ayuda de Dios y su apoyo en cada incidente y hasta en los pequeños acontecimientos. El 14 de marzo recibí el permiso de ir al hospital de Poovarasankulam, donde luchaban contra una epidemia de varicela entre la gente desplazada. El 16 de marzo comenzamos a visitar a nuestra gente que se debate contra la enfermedad. La epidemia se ha extendido por todos los campos. Incluso los bebés se han contagiado. Los pequeños vienen y nos agarran de la mano. Los hombres y mujeres se acercan para decir o preguntar algo privadamente. Ellos solos no pueden limpiar el lugar donde se encuentran. Entonces nosotras hacemos la limpieza exterior por la mañana. A veces ellos nos compadecen. Pero nosotras podemos tenemos la posibilidad de asesorarles. Algunos que están de paso ayudan a la limpieza. Sobre todo lo hacemos las Hermanas. Dos religiosas del Buen Pastor (cingalésas) y dos de A veces van a su comunidad, y nos quedamos en el convento de las Hermanas del Buen Pastor. Desde hace unos días un matrimonio ofreció su casa por tres meses. Sr. Concepta , hermana de Regina, hermana de Vamos al hospital en 8.a.m y venimos a casa a las 12 o 12.30, por lo general, bajo un sol que abrasa. Por la tarde nos vamos a las 4.30/5.00pm y volvemos 8.30 o 9.00. Por turno, nos quedamos en el hospital de dos en dos desde las 7.30 hasta las 10.30 de la tarde. Al principio lo encontramos cansado pero ahora estamos acostumbradas. Vin o a visitarnos el Director del Servicio de Refugiados de los Jesuita con dos sacerdotes vino a visitarnos. También vino un sacerdote con un grupo de gente y ofreció 25,000 Rupias. Los Valvothayam, organización humanitaria de Mannar (Nordeste de Sri Lanka) y JRS( Servicio de Refugiados de los Jesuitas) nos proporcionan algunas cosas para que las distribuyamos entre los necesitados. Hace dos semanas teníamos 1.200 enfermos. Esta semana casi 700. Esperamos que hacia el final de abril haya menos. Los enfermos vienen de Vanni. Cada uno tiene su propia historia. Cuentan cosas terribles. Llegan en muy malas condiciones. Al compartir tienen que luchar con sentimientos muy difíciles. Algunos dicen: “Por milagro estoy vivo.” La mayor parte de ellos nos contaron que la mitad de la gente que venía con ellos había muerto, pero Dios nos protege y nos salva. Yo llevo estas historias a la oración. El sentimiento de impotencia es muy fuerte. Los trabajadores del Gobierno están muy deprimidos. También rezamos por ellos. Estamos preocupadas por el pasado, y el futuro; muchos viven inquietos por los miembros de su familia que están todavía en Vanni. Es muy difícil escuchar lo que nos cuentan. ¡Es tan doloroso oírlos gritar y pedir! Pero Dios me ayuda a ser una mujer valerosa para estar con ellos y compartir su dolor. Estoy muy contenta de estar aquí; estoy bien y estoy contenta de poder realizar esta misión. Muchas gracias por permitirme compartir mi amor con los pequeños, y por darme esta gran y maravillosa oportunidad de estar con nuestra gente traspasada de dolor. Estoy tan agradecida a usted querida hermana.
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