“El ritmo, es el soplo, y el soplo es el alma libre para gozar. Yendo y viniendo. Aspirando e inspirando « escribe Christian Bobin en « la Souveranité du vide » - (Ed. Gallimard 1995. p. 87)
« Tomarse » el tiempo no es « perder » el tiempo, sino recibirse cada instante y estar totalmente presente. Pararse para apropiarse el tiempo
El verano nos ofrece la posibilidad de cortar con nuestra vida diaria habitual, de hacer lo que no hacemos normalmente, de pararnos para recibirnos a nosotros mismos con una apertura total, y dejar emerger, una vez más, nuestros deseos más profundos, nuestros sueños locos, frecuentemente reprimidos por las muchas presiones que nos dividen.
La expansión podrá ser diferente según los gustos y las posibilidades.
Tomar el café por la mañana en el jardín mirando como se despierta la naturaleza….Sentir nuestra pertenencia al universo que se despliega, con todo su esplendor, contemplando un bonito paisaje. Saborear, la alegría de la lectura, escuchar música, darse tiempo como pareja, como familia , encontrarse con los amigos, olvidar el sonido del depertador, levantarse tarde….Cuidarse, darse el gusto de comer algún dulce, todo esto nos capacita para estar más atentos y acoger las necesidades de los demás….
Par algunos el verano significa recorrer kilómetros, cambiar horizonte…buscar el sol, el calor...el olor a hierba cortada…después aspirar a apagar la sed en una fuente de agua fria y cristalina