SESIÓN INTERNACIONAL DE ECONOMAS
DIA 24 de septiembre de 2013
Unas palabras de Margaret en la apertura de la Sesión os revelarán, las líneas maestras de la misma, y el contenido denso y profundo de esta primera jornada:
“Desde el punto de vista del universo de Dios, vivimos en una economía que es don y no en una economía de la que somos propietarias. Todo existe para el bien común del TODO y no solo para el ser humano. Cuando tratamos de aferrarnos a lo que necesitamos, cuando tenemos una actitud de posesión, cuando consumimos más de lo que nos hace falta, cuando vemos la tierra y todo Y toda la vida en ella como objetos para nuestro propio beneficio, vamos en contra del designio de Dios y las consecuencias son destructivas para la vida y la sostenibilidad. Todo lo que tenemos –incluyendo nuestros dones, energía y talento-, están al servicio de la misión y han de ser compartidos para que toda la vida pueda florecer. Es muy fácil caer en una actitud de “apropiación” , “posesión”, “tener, de la búsqueda de “más”, de la riqueza y el poder…tendencias que son muy frecuentes en la sociedad actual y que crean división, conflictos, guerras, y cada vez hay un mayor número de personas que viven en la pobreza. Abusamos de la tierra cuyos recursos son limitados, con poca preocupación por la responsabilidad social, la transparencia y el rendir cuenta…
A través de nuestros votos proclamamos que un mundo alternativo es posible. Por el voto de pobreza manifestamos y reconocemos que todo es don, que todas las personas son iguales y que tienen el derecho humano básico a lo que necesiten. Que es posible la circulación de bienes para el bienestar de todos, vivir con una actitud no posesiva hacia los bienes materiales, contribuir al bien común compartiendo nuestros talentos, el fruto de nuestro trabajo, vivir con sencillez, tener compasión y respetar toda forma de vida en la tierra protegerla y salvaguardarla. La tierra también tiene derechos. Somos atraídas hacia la solidaridad con los pobres, los débiles y los vulnerables. El Papa llama a la humanidad a alejarse de “la globalización de la indiferencia” para ir hacia la compasión y solidaridad con las luchas del pueblo. Un valor clave de nuestro estilo de vida es promover relaciones justas, expresadas en la aceptación de la diversidad, la singularidad, la interdependencia/comunión para que todos tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 10,10). Tanto si nos centramos en uno de los votos o en los tres estamos hablando de Amor, de ese Amor que está en el corazón del universo, en toda la vida, dentro de cada una de nosotras y nos invita a ser cocreadoras con nuestro Dios Amor, por una nueva forma de ser y de vivir como miembros de la comunidad de la Tierra.”