La contemplación del MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN revela el sueño de Dios de encontrarse con todas sus criaturas.
En Jesús, puso su morada en medio de nosotros y asumió nuestra condición humana como “uno de tantos”.
A los ojos de la fe todos los signos son elocuentes: el pesebre, los pañales, la estrella, la gente sencilla que se acerca…
Vayamos a Belén y con María, José, los pastores… cautivados por este Niño frágil, contemplemos y adoremos en silencio.
Que su Presencia reavive nuestro compromiso con su Proyecto de PAZ y COMUNION.
Os deseo una NAVIDAD plena de Esperanza y un FELIZ AÑO 2025.
¡FELIZ DIA DE LA SAGRADA FAMILIA!