Al principio Dios creó el cielo y la tierra…y Dios vio que todo lo que había creado era muy bueno. (Génesis 1)
El Génesis afirma que el mundo fue creado por un Dios personal que es bueno y ama su creación. Dios mandó al género humano que “creciera, se multiplicara y dominara la tierra” pero no le dijo que la explotara. En el libro de los Salmos, en especial en el salmo 104 y en la literatura sapiencial, particularmente en el Libro de Job se nos expone claramente que la razón de ser de la creación no es sólo satisfacer las necesidades del género humano. La Creación tiene su dignidad propia, sus derechos y su razón de ser; además del rol de sostener, alimentar, nutrir, conservar la vida (cf.Job cap. 38-41). La creación posee un valor intrínseco, ha sido creada por Dios y está sostenida por su Espíritu. El Génesis en los capítulos 2 y 3 nos desafía y nos invita a ser administradores de la creación de Dios y a vivir como compañeros del resto de la creación. El mandamiento que Dios dio a Adán y Eva fue “cultivar, mantener, y cuidar” (Gen 2,15) (Extracto de un artículo de Imelda Coyne).
Nosotros los humanos, a quienes se nos había encomendado administrar la tierra, somos quienes la destruimos. Esto es lo que ocurre con nuestras selvas, las talamos porque queremos contribuir al progreso haciendo dinero, los ríos están contaminados, privando a la gente de agua limpia y así continua la tragedia. Los animales e insectos buscan su lugar y nosotros continuamos a expulsarlos de su hábitat y a destruirlos ¿Hemos olvidado que somos co-creadores con Dios y necesitamos cuidar, amar y respetar nuestro planeta.
Hemos fabricado un mundo de pocos ganadores y muchos perdedores, que son víctimas de la degradación del medio ambiente. ¿Podrá nuestra economía globalizada escuchar el lamento de la tierra y los gritos de los pobres de nuestro planeta? ¿No escuchas las quejas de la tierra, que gime para dar a luz algo más bello, más justo y santo?. (Tomado de una reflexión de D. Toolan sj.)
En ZENIT (agencia internacional de noticias) el Papa se dirige a los jóvenes diciéndoles “la belleza de la creación es una de las fuentes en la que podemos tocar la belleza de Dios, podemos ver que el Creador existe y que es bueno, la Sagrada Escritura nos brinda en el relato de la creación”. Dios se nos manifiesta en todo lo que ha hecho, y todo era bueno. (Gen 1) . ¿Consideramos sagrada esta belleza que es espejo de Dios?
¿Qué clase de planeta vamos a dejar para que vivan nuestros hijos? ¿Será lozano, bello o habremos destruido lo que Dios nos ha regalado? ¿Habremos fallado totalmente en nuestro rol de administradores? Hay diversas maneras de vivir en relación cordial con nuestra Madre Tierra. Nuestra conducta positiva o negativa influye en todo esto.