La mujer de Patu

 

La mujer de Patu (La “mamá” Muyombe)

Llevamos solo un mes en Patu.   En nuestra corta experiencia de trabajo  con las mujeres  hemos descubierto lo que sigue:

La vida de las mujeres se realiza en dos niveles: el  nivel espiritual y la responsabilidad de la familia. En Patu se habla el “kiyombe”por eso se llama a las mujeres: “muyombe”

Desde el punto de vista espiritual

La mujer muyombe está bien enraizada en su fe, es valiente y muy comprometida en las actividades parroquiales. Todos los días de la semana canta en la coral, la dirige, toca el tam-tam y ofrece al Señor con alegría  una parte de los frutos de su campo para los sacerdotes, pero sobre todo, como signo de reconocimiento a Dios que le da fuerza para trabajar en el campo. La oración ocupa el primer lugar en su vida. Comienza el día con la Misa y después se dirige a la gruta para rezar a la Virgen, antes de volver a  su casa para llevar a cabo sus múltiples ocupaciones.

La responsabilidad de la Familia

La mamá muyombe recorre  16 Km. diarios para trabajar en el campo. Cultiva diferentes tipos de bananas, mandioca, cacahuete,  maíz…por la tarde, ya casi de noche, , llega a casa, cansada pero con su cesto lleno de hoja de mandioca,  mandioca, nuez de palma, madera para el fuego.

Nada más llegar tiene que ir a por agua al pozo del barrio para cocinar. Ella es quien da de comer a la familia todos los días de la semana, por eso cuando regresa del campo trae lo necesario para la cena de toda la familia.  Prepara las hojas de mandioca, las bananas verdes, y mandioca hervida con la salsa llamada “mawamba”. Son cosas fáciles de conseguir y que no cuestan casi nada porque son  frutos de su cosecha. La comida del domingo es diferente a las demás.  Es el hombre quien se encarga de dar dinero a la mujer para que compre la comida del domingo,  ¡es fiesta!, la mujer debe preparar: arroz, judías, hoja de mandioca, pescado salado, una especie de bacalao. Si el hombre no  da a la mujer el dinero para la comida del domingo, comienza el problema en la familia que,  a la larga, puede ocasionar el divorcio.

Una parte de los productos del campo se vende. A partir del dinero que sacan hacen el presupuesto para la familia. El martes y el viernes son días de mercado . El mercado del viernes, comparándolo con el del martes es especial, porque con el dinero que la mamá saca el viernes,  debe comprar la comida para la fiesta  del domingo. Terminamos diciendo que en Patu la vida está en manos de la mujer. Si la mujer no es valiente sus hijos no evolucionarán bien.

Las jóvenes de Patu

Las jóvenes están muy comprometidas con la parroquia y con el trabajo del campo, como sus mamás. Son alegres, llenas de ambición, aparentemente, pero en la realidad no es así porque las dificultades del lugar las acobardan. La mayor parte de ellas a los 14 o 16 años se convierten en madres. Algunas a pesar de ser madres, vuelven a la escuela, porque los padres aceptan pagar los gastos. Cuando los padres  no pueden pagar los gastos de la escuela se quedan con sus madres.

Son muy pocas las que estudian sin haber tenido hijos. Otras que no tienen hijos, abandonan la escuela, porque no tiene dinero para pagar los gastos.

Comunidad de Patu