A mediados de marzo de este año se concretó un “sueño” que compartíamos desde el año pasado. Con tres mamás que participaron en la catequesis Familiar en una de las capillas de la parroquia – barrio Primavera- pusimos en marcha una “huerta familiar”.
Bendito seas Dios Padre creador Dios de la Vida, bendito seas por tu creación, por la tierra y el clima, por la lluvia y el sol, por el pequeño milagro de cada semilla, por la inmensa maravilla del pan nuestro de cada día.
Bendito seas Padre Dios, por mantenernos en la boca este antiguo y sabrosos sabor a mandioca hervida, a batata asada, a maní tostado y a maíz pororó.
Bendito seas por repetirnos en la memoria de la sangre la sabia voz de nuestros abuelos guaraníes, criollos y gringos: “La tierra no es del que la tiene, la tierra es de quien la trabaja”.
Hay que volver a la madre tierra, hay que volver a plantar. Bendito seas porque a pesar de estar como estamos nos importa la selección y la conservación de nuestra semilla. ¡Ayúdanos!
Padre Dios, es nada más y nada menos que la comida de nuestras familias, nuestra olla, nuestra mesa, el futuro de nuestros nietos. Rumbo a la tierra sin males seguimos resistiendo y soñando con la mesa grandota y fraterna y con un continuo buen tiempo. Amen.
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Hna. Elsa Santana
Cdad de Wanda-Argentina