Navidad es uno de los tiempos más importantes del año. Para muchos de nosotros es un tiempo de reflexión sobre nuestra fe cristiana y el sentido de la misma, y para otros es simplemente una buena oportunidad para descansar y alegrarse con la familia y los amigos.
Navidad es, también, un tiempo para estar juntos en comunidad, para estar en paz y para dar y compartir paz; tiempo para construir el respeto mutuo, la amabilidad y fortalecernos mutuamente. Ronald Rolheiser decía que
la Navidad es como un diamante, que iluminado por el sol despide muchos destellos.
Navidad nos sitúa frente al gran desafío de reformar nuestras vidas, y convertirnos en hombres y mujeres de paz y de justicia. También nos habla de un niño recién nacido, inocente y desvalido acostado sobre paja, cuya vulnerabilidad es a la vez invitación y juicio de Dios.
Viendo al Niño Jesús blanco, amarillo, o negro, recordemos que Jesús nació como uno de nosotros, y para todos. Si creemos esto, nuestros perjuicios desaparecerán ,junto con todo lo que debilita, rompe y destruye la unión de los que quieren hacer de la paz una realidad.
Esperamos que todo el 2009 podremos gozar de la buena voluntad y la paz que vivimos en
la Navidad.