Mensaje Pascual - Ana Maria ALCALDE (Superior General)

 

Queridos todos,

Estamos celebrando una Semana Santa más intensa que nunca. El silencio que nos rodea nos invita a la interioridad para participar con más profundidad en el Misterio Pascual que celebramos.

Este Jueves Santo no habrá lavatorio de los pies, pero Jesús pasará lavando los pies con bata de enfermero, médico, capellán… confortando, tomando de la mano a los que viven la soledad, la incertidumbre, el miedo…  en los hospitales, casas, residencias…

Este Viernes Santo la pasión se está viviendo fuera de los templos y el viacrucis tiene otros itinerarios: hospitales, comunidades, residencias, cementerios…  No será memoria sino un viacrucis real. De dolor, angustia, soledad, lágrimas… aceptación y entrega de la vida.

Este Sábado Santo habrá un silencio sobrecogedor ante nuestra vulnerabilidad e impotencia porque no fuimos capaces de proteger la vida, ni pudimos estar cerca de nuestras hermanas, de los seres queridos, vecinos, amigos… en su hora decisiva.

 

Habrá una Vigilia Pascual donde no falte el fuego en la noche. Un fuego a escala mundial que queme nuestro antiguo estilo de vida para dar paso a otra forma de entendernos, de relacionarnos, de mirar, de cuidar, de amar … en solidaridad e interdependencia con toda la Creación.

Un fuego que aliente la Esperanza. Que irradie luz sobre todos los sepulcros pues jamás la vida será vencida por la muerte. ¡Dios es el fiador!

Jesús está vivo, él nos precede en Galilea. Allí le veremos.

¡FELIZ PASCUA! ¡ALELUYA!

Ana María Alcalde

(Texto inspirado en – Carlos Padilla Esteban, 08.04.2020)