LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
La noche se termina, llega el día. La tumba está vacía, se ha movido la piedra…¿Por qué buscáis al que está vivo entre los muertos? No está aquí, ha resucitado…?
Jesús no ha pasado de la tumba a la tierra, sino del lugar de los muertos al Padre, a la vida eterna. La Resurrección de Jesús es, al mismo tiempo, continuidad y ruptura. El que ha resucitado es Jesús de Nazaret. Existe una continuidad de identidad, pero hay una ruptura en la manera de estar en el espacio y en el tiempo. El cuerpo de Jesús resucitado no pertenece a nuestro universo físico de espacio y tiempo, vive en otro mundo… La Resurrección de Jesús es una transformación real, una vida transfigurada.
Nos está diciendo que la vida no puede morir. La vida es eterna y no muere… La Resurrección de Cristo nos es un prodigio, sino una victoria….La resurrección es un acto de Dios que saca a Cristo de la muerte para hacerle pasar a la vida verdadera. Jesús es al mismo tiempo el resucitado y el que resucita. Su resurrección es, al mismo tiempo la resurrección de los otros. No es sólo una victoria personal…conduce misteriosamente a la vida a los que estaban alejados de ella… La Resurrección como la cruz es un combate un abandonar el mal…Es una victoria d la vida sobre la muerte…Es lo inesperado, la sorpresa, el don gratuito…
La Resurrección tuvo lugar durante la noche y en el secreto, probablemente para decirnos que no es algo evidente de por si. La fe viva en la resurrección de Cristo se traducirá de manera concreta por nuestra adhesión a la vida nueva que nos ofrece. Lo que cuenta e nuestra determinación de escoger la vida como opción definitiva, un sí a la alianza que el Dios vivo quiere hace con el ser humano: “Te doy la vida, acógela en ti, dentro de tu propia forma de muerte, acoge la vida del Resucitado, la vida nueva. Cuento contigo para crear la vida por donde pases, no cualquier calidad de vida sino la vida del Resucitado.
La Resurrección se nos ofrece, se da a quien la recibe la acogida de la resurrección es una experiencia vital…Aprender a recibirla…Acogerla en la integridad de nuestro ser, cuerpo, espíritu, corazón, permitir al Dios de la Pascua, operar en nosotros y con nosotros la tarea de la resurrección.
“Oser La vie nouvelle”
Simone Pacot – Les Editions du Cerf
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