VASIJA DE BARRO… ¿CUÁL ES TU TESORO?

La humanidad teme a la muerte. El miedo a la muerte es ancestral, pero la crisis sanitaria mundial por la pandemia del coronavirus hace que nuestros contemporáneos tengan una conciencia muy aguda de la fragilidad humana, del radicalismo y del cuestionamiento general.

Es bastante obvio que… “el virus covid-19 ha cambiado totalmente nuestra forma de vivir en comunidad, nuestras relaciones interpersonales e incluso nuestras prácticas espirituales”

La Luz inspiradora proviene esencialmente de la esperanza en la fe. "No todo se está desmoronando".

Nuestro fundador, Pedro Bienvenido  Noailles, nos enseñó a discernir la presencia de Dios en los acontecimientos cotidianos de alegría o dolor.

La crisis sanitaria mundial suena así como una llamada a la conversión a un nuevo estilo de vida, siendo conscientes de la fragilidad humana.

La prueba dolorosa de la pandemia del Covid-19 puede desencadenar en nosotros un carisma específico que Dios nos ofrece para la salvación de la humanidad.

La pandemia nos hace conscientes de la fragilidad humana.

El Papa Francisco nos dice que nunca debemos olvidar que somos como “vasijas de barro” en las que depositar el tesoro que Dios nos ha dado: revelación del misterio de la Encarnación. Cuando olvidamos esto, nos engañamos a nosotros mismos pensando que somos otra cosa que arcilla; entonces pensamos que somos más grandes de lo que somos.

Somos como vasijas de barro que contienen un inmenso tesoro.

El apóstol Pablo, hombre sencillo, frágil y físicamente probado, renunció a las grandes frases sugeridas por la sabiduría humana. Sin embargo, fue a él a quien, en el camino de Damasco, Jesús se reveló plenamente, invitándolo a dar a conocer su luz a todos los hombres.

Pablo fue el primero en darse cuenta de la brecha entre la grandeza de su misión y la debilidad de su propia persona: un tesoro colocado en un pobre jarrón de terracota.

Muy a menudo, hacemos la misma observación: nuestra pobreza, nuestra insuficiencia, nuestra impotencia ante situaciones que nos superan. Percibimos nuestra tendencia al mal, y la dificultad de resistirlo por la debilidad de nuestra voluntad. Como Pablo, nos sentimos como vasos de barro.

Compartimos nuestra experiencia personal durante este tiempo de epidemia:

En general, lo experimentamos con dificultad. Ciertamente, debemos obedecer las reglas impuestas por el gobierno para protegernos y proteger a los demás.  Usar las mascarillas dentro y fuera de la casa es una lucha: la olvidamos o la usamos mal… la exigencia de estar en aislamiento antes, durante y después de la contaminación…nos recuerdan que vivimos en una comunidad… estar privados de Misa, de reuniones comunitarias, de actividades apostólicas (como comulgar en casa, etc.) La repetición de consignas, la advertencia constante del peligro a veces puede crear tensión.

Pero al mismo tiempo, está la conciencia de que este tiempo nos llama a vivir en comunión con los sufrimientos de los pueblos del mundo entero, a reconocer el amor de Dios y su bendición sobre nosotros, a vivir en acción de gracias.

A causa del coronavirus, las hermanas de la comunidad de Marino atravesaron un período difícil con sucesivos tiempos de aislamiento, cuarentena y traslados a otras estructuras más adecuadas.

El 4 de abril de 2021, fiesta de Pascua se vivió en la alegría del Resucitado, pero en el sufrimiento de no poder participar en ninguna liturgia, no recibir la Eucaristía, no vivir en fraternidad. Pero no faltaron los saludos, los contactos, transmitidos por teléfono interno o por el personal de servicio.

Podemos decir que la comunidad ha sufrido mucho por el covid, especialmente por estos repetidos tiempos de aislamiento. Lo que fue difícil de soportar fue la muerte de nuestras tres hermanas en el intervalo de 20 días.

Sin embargo, la vida sigue… Queríamos animarnos y nos arriesgamos a organizar la celebración de las Bodas de este año en nuestra Provincia de Italia, después de tantos meses de aislamiento. Hemos elegido celebrarlo en Marino en la casa de las hermanas mayores.

Las Hermanas que celebraban bodas son : Daniela PALLOTA, 60 ans de vida religiosa, Giovanna PAPA, 60 años, Gertie PEIRIS, 50 años, Jacqueline IMBUNGU, 25 años.

El 25 de septiembre de 2021, todas las hermanas de la Provincia de Italia con Ana María, el Consejo General y la comunidad local de la Casa General, nos reunimos para dar gracias con ellas y rodearlas con nuestro cariño y nuestra oración, en presencia de nuestras hermanas mayores que son preciosas en nuestro Instituto de la Sagrada Familia.

También damos gracias al Señor por permitirnos vivir juntas esta celebración, a pesar de la pandemia y después de tantos meses de ausencia. Fue una gran alegría para todas.

Al mirar los vasos de barro que somos, podríamos desanimarnos. ¡Pero lo que tiene valor, y en lo que queremos centrarnos, es en el tesoro que llevamos dentro de nosotras!

San Pablo sabía que su vaso de barro estaba habitado por la luz de Cristo, lo que le dio la audacia de atreverse a todo para extender el Reino.

Como hermanas de la Sagrada Familia, también nosotras llevamos en vasos de barro, un tesoro infinito: La Santísima Trinidad.

Mirando dentro de nosotras mismas, podemos descubrir una inmensidad, un sol divino en lo profundo de nosotras y a nuestro alrededor.

Más allá del “vaso de barro” que salta a la vista en los demás, descubramos también el tesoro que hay en ellos. Vayamos más allá de la apariencia.

Sor Maristella AROKIAM - ITALIA