Un espíritu de radicalidad

Es probable que el P. Noailles haya recogido así, a su manera, lo que la Escuela Francesa llama la virtud de religión, es decir, la voluntad de Dios lo primero en todas las cosas, hacer depender todo totalmente de El, situar al hombre en dependencia de El en su ser y en su actuar,..

Un espíritu de radicalidad -   Pedro-Bienvenido Noailles   

 

 

Es probable que el P. Noailles haya recogido así, a su manera, lo que la Escuela Francesa llama la virtud de religión, es decir, la voluntad de Dios lo primero en todas las cosas, hacer depender todo totalmente de El, situar al hombre en dependencia de El en su ser y en su actuar, doctrina que se encontraba, a su manera, en Boudon. Pero sería completamente falso ver aquí una doctrina que él hubiera simplemente aprendido e imitado. Al contrario, ha sido una experiencia personal muy profunda la que ha orientado su vida. El P. Noailles es un convertido en el más auténtico significado de la palabra. En su camino personal hizo una opción absoluta por Dios, y vio que sólo El podía colmar las aspiraciones de su corazón. A partir de entonces todo lo demás es, no inútil, sino secundario. Lo expresa muy bien en sus notas personales:

 

«Busqué entre los hombres lo que no se encuentra más que en Vos sólo… Sois Vos, es sólo en Vos… donde el hombre encuentra esa vida del alma que es la inmortalidad, esa vida del corazón que es un amor inmenso… Vos sois el Camino, Vos sois la única Verdad, Vos sólo la Vida y la Felicidad…».

 

«Oh abismo de amor, oh Jesús…, ¿cómo no amaros?… Tomad mi corazón, puesto que lo queréis… Haced de él lo que queráis…; que no respire más que por Vos… Sedlo todo para mí…

 

«Me propongo, con la gracia de Dios, renunciar a todo lo que hay en la tierra para no amar más que a mi adorable Salvador, o no amar nada sino en El…

Que yo no vea más que a Vos, que no viva más que en Vos, oh mi Señor, mi Rey, único gozo de mi alma».

 

Esta actitud de don absoluto la encontramos perfectamente caracterizada y explicada en un artículo de las Reglas de 1844, que reproducimos íntegramente:

«A ejemplo de tan perfectos modelos (la Sagrada Familia), y en conformidad con aquellas palabras del Evangelio: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura, procurarán ante todo establecer en ellas mismas el reinado de Jesucristo, no sólo anteponiendo siempre los dones sobrenaturales a las ventajas temporales, el bien del alma al del cuerpo, la gloria del divino Maestro a la estima de las criaturas, sino estando firmemente resueltas a soportar todas las privaciones de la indigencia, todas las injusticias, todas las persecuciones y hasta la misma muerte, si fuera preciso, antes que separarse de su divino Esposo, tesoro de sus corazones y único objeto de sus pensamientos. Para penetrarse y conservarse en tan santas disposiciones, tienen que trabajar a diario en el total desasimiento de las criaturas, y en especial de sí mismas, acostumbrándose a referir a Sólo Dios todas las cosas y viendo sólo a El en todo lo que atañe a sus obras y personas».

Ese total desasimiento de sí es, paradójicamente, fuente de una gran libertad:

 

«Al desprenderse de todo lo pasajero, apreciarán mejor la libertad de los hijos de Dios y la paz inalterable de que gozan los que no se apegan más que sólo a El».

Y esa libertad nos hace más disponibles y dinámicos para el Reino de Dios:

 

«Buen Maestro, inspiradme el desprendimiento absoluto de todo, a fin de poder entregarme totalmente en vuestras manos.

Entonces seré feliz, porque mi felicidad no descansará sino sólo en Vos y nada en la tierra podrá separarme de Vos.

Entonces haré mucho bien y salvaré esas almas que habéis rescatado al precio de vuestra sangre, porque Vos queréis su salvación y yo no pondré ningún obstáculo a vuestra santa voluntad».

 

Y podrá insistir más adelante en esta opción radical como necesaria para entrar en la Asociación. En las Reglas de 1851, en el capítulo Del espíritu propio de las Asociadas de la Sagrada Familia, recogerá un texto que se encontraba ya en las Reglas de 1844,pero irá precedido de unas palabras llenas de energía: «Lo que debe caracterizar particularmente la vocación no solamente de las Hijas de Solo Dios, sino la de todas las Asociadas o Hermanas de la Sagrada Familia, es un espíritu de celo y desprendimiento llevado hasta el heroísmo; es el espíritu de Sólo Dios».

 

Raymond Darricau

Bernard Peyrous

El Padre Noailles y la Asociación de la Sagrada Familia

Historia de un carisma