Señor de la Misión

Señor Jesús, Tú me llamaste por mi nombre
y me enviaste a trabajar en tu viña.
Continúa llamando hoy a muchos hombres y mujeres
y haznos hermanos universales,
con corazón abierto a todo lo creado.









Señor de la Misión







Señor Jesús, Tú me llamaste por mi nombre


y me enviaste a trabajar en tu viña.


Continúa llamando hoy a muchos hombres y mujeres


y haznos hermanos universales,
con corazón abierto a todo lo creado.


    


                                                                                      










 

Enséñanos a estar contigo,
para ser luego testigos entre los hermanos.
Haznos capaces de transmitir la buena nueva del Reino,
valientes y compasivos frente a la dura realidad
y capaces de asumir compromisos para mejorarla.






Haznos cada día más conscientes de tu envío.
Indícanos dónde encontrar a nuestros hermanos
y sugiérenos cómo llegar a su corazón.
 
                                                                                         








                                                                                      


Enséñanos la verdadera pobreza,
la experiencia del corazón libre,
la relatividad de los medios.
Empápanos de espíritu apostólico,
para que nos dejemos llevar por tu Espíritu
allá donde hay mayor urgencia del anuncio.







Concédenos tu paz,


indícanos caminos de comunión,
para que podamos desearla, anunciarla  
y realizarla siempre.
                                                            







      

Mantennos  unidos a ti,
para que constantemente nos entreguemos
a hacer de la humanidad una familia.
Amén.