REUNIÓN CONTINENTAL DE EUROPA 2010

Veintinueve participantes de la Red y de los Consejos de Europa, se reúnen en la sala de conferencias de la casa, unidas al Consejo General, para celebrar la cuarta Reunión continental de 2010.

REUNIÓN continental de europa 2010







 


 


 


 


 


 


Veintinueve participantes de la Red y de los Consejos de Europa, se reúnen en la sala de conferencias de la casa, unidas al Consejo General, para celebrar la cuarta Reunión continental de 2010.  


Veintinueve, en vez de treinta, porque María Dobrowslava, del Consejo de Polonia, tuvo que regresar a su país ayer por la mañana porque su padre falleció repentinamente.


 


Margaret Muldoon comienza invitando a cada una a serenarse y a hacer silencio.  Después, las presentaciones donde cada una dijo donde estaba, el equipo al que pertenecía y compartió algunos sentimientos y deseos. Los puntos dominantes del compartir fueron la esperanza, la confianza, el deseo de vivir algo nuevo...


 


 Palabras de apertura de Margaret


Las palabras de apertura, dirigidas a las participantes, sobre el tema de esta reunión: “Liderazgo para la misión”, subrayan la centralidad y el sentido de la misión en nuestra vida, y en particular en el servicio de la autoridad. Los párrafos que transmitimos a continuación os darán una visión anticipada del tema.


“El tema, "Liderazgo para la misión", nos recuerda que encontramos nuestra razón de ser, en la misión. Es la misión lo que da sentido, lo que motiva a las personas. "Esta nueva conciencia... da un nuevo impulso para comprometernos a nosotras mismas con entusiasmo y energía para la misión”.








“Nuestras Constituciones dicen: “El servicio de autoridad asegura la unidad de dirección, que permite al Instituto ser fiel a su misión.”


La misión es más amplia y abarca más que el ministerio que realizamos. Si nuestra misión no está clara, tampoco tendremos claros cuales son nuestros ministerios, si la misión no está clara, cada una de nosotras podemos hacer un buen trabajo individualmente, siguiendo nuestras preferencias personales, sin hacer referencia al grupo, ni al hecho de que la misión debería influir en el cómo y por qué de nuestro trabajo. No todas las formas de ministerio son coherentes con nuestra llamada a vivir la comunión, la misión de Dios en el corazón del mundo. ¿Estamos despiertas al hecho de que cuando hacemos un trabajo, lo realizamos "en nombre de" y a favor de todo el conjunto? ¿El ministerio de una es el de todas o es algo privado, sólo conocido por la persona en cuestión y tal vez el líder? ¿Nuestro ministerio promueve y proclama la misión?”


“Una conciencia nueva en la vida religiosa, nos lleva a la convicción de que, con nuestras vidas, hemos de dar un testimonio mucho mayor que el simple ministerio. Todos los aspectos de nuestra vida: la oración, la comunidad, las cualidades personales, los recursos de la congregación, así como nuestro trabajo, contribuyen a la razón de ser de nuestra existencia, que es la Misión. La Misión es nuestra respuesta a Dios en el mundo y no sólo un ministerio particular o un compromiso en una organización por el que servimos a Dios y a la Iglesia.”


Este cambio de conciencia marca una conversión en la comprensión de sí mismo en términos teológicos, una profundización del sentido de la llamada. De acuerdo con la nueva teología de la vida consagrada, parece que nos encontramos en las primeras etapas de aclarar y dar nombre a esta transición. El testimonio que se requiere en nombre de la misión es el de un Dios “co-creador” en toda la gama de la creación, a través del tiempo y de la historia, invitando eternamente a los humanos a cooperar en este proceso global y cósmico con nuevas posibilidades, ofreciendo una nueva esperanza.”


 


Para responder a la llamada de una nueva visión del mundo, hemos de contemplar a nuestro Dios Trinidad, estar atentas a lo sagrado, lo místico, que nos abre a una perspectiva más amplia: hay que recordar que lo que vemos, no es nunca la historia total y que lo sagrado nos llevará más lejos, sea cual fuere nuestra narración de la historia. Se nos invita a tomar conciencia de nuestros bloqueos, allí donde creemos que el cambio no es posible. Se nos anima a ir más allá de nuestras ideas fijas, para ver lo que tenemos que dejar caer, permitiendo morir a lo que ya no aporta vida y facilitando esta separación cuando sea necesario. Escuchemos de nuevo al Fundador que nos pide "adoptar nuevas formas y nuevos medios" para este tiempo nuevo. Es una fuente de aliento e inspiración.”