Santa María, Madre de Dios, Protectora de África,
tú has dado al mundo la luz verdadera, Jesucristo.
Por tu obediencia al Padre y por la gracia del Espíritu Santo,
nos has dado la fuente de nuestra reconciliación y de nuestra justicia,
Jesucristo, nuestra paz y nuestro gozo.
Madre de ternura y de sabiduría,
muéstranos a Jesús, tu Hijo e Hijo de Dios,
ayúdanos en nuestro camino de conversión
para que Jesús haga brillar su Gloria sobre nosotros
en todos los aspectos de nuestra vida personal, familiar y social.
Madre, llena de misericordia y de justicia,
por tu docilidad al Espíritu Consolador
alcánzanos la gracia de ser testigos del Señor Resucitado,
para que seamos cada vez más
la sal de la tierra y la luz del mundo.
Madre del Perpetuo Socorro,
confiamos a tu maternal intercesión
la preparación y los frutos del Segundo Sínodo para África.
¡Reina de la Paz, ruega por nosotros!
¡Nuestra Señora de África, ruega por nosotros!
© Libreria Editrice Vaticana INSTRUMENTUM LABORIS n.149