Respuesta difícil a veces…No tenemos siempre la confianza de Marta : « Sí, Señor, creo…” Puede que nos dé miedo la muerte, o que la vivimos como un tope…Pero hay testigos que nos ayudan a crecer en la confianza. Podemos escuchar el testimonio de Maïti Girtanner, esa anciana de la resistencia detenida por la Gestapo, en 1943, horriblemente torturada por un médico joven, también de la Gestapo, que por múltiples ataques al sistema nervioso sensitivo de la médula espinal, la dejo definitivamente paralizada envuelta en el dolor.
Más tarde su torturador , que estaba muriendo vino a verla:
“Vengo a hablaros de la muerte, para mí es urgente”
Maïti contando el encuentro dice: “¿Pero qué puedo hacer? le hablé del amor : viva solo de amor porque sólo tienes algunas semanas de vida. Ponga los medios, y sea sólo amor para los demás” Y él intentó hacerlo.
Este testimonio nos abre a la oración que ella misma compuso a partir del Salmo 50.
« Sí, me levantaré y volveré junto a mi padre.
Uno de estos días me encontraré contigo,
Tus brazos estarán totalmente y yo caeré a tus pies,
Porque habré alcanzado tu Amor
Que me ha buscado tanto y me ha llenado completamente
Del que tanto hablé a pesar de mi radical pobreza.
Vivir de una relación personal contigo,
Es ya la eternidad que comienza.
A veces no me quedaban fuerzas para avanzar
Ni de esperar
Pero Tú has sabido abrir caminos
Reparar brechas, invertir situaciones
Que aparentemente no tenían salida…
Todo eso manifestando esa Presencia
Que gracias a Ti, creemos que es eterna
Y en la cual nos abandonamos
con toda confianza.
Tú llamas a la puerta de nuestro corazón
Y nos atrevemos a decir desde ahora
Con una valentía revestida de esperanza:
¡Vengo…! Ayudame hasta el final.”