Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe... Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció… Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,1-14).
Jesús es celebrado como el Verbo que se hizo carne, pero se nos dijo que la historia de este Verbo no empieza con la vida de Jesús. El Verbo estaba con Dios desde el principio y tuvo un papel activo en la creación de “todas las cosas.” Conforme a este cántico, todo lo siempre ha existido en la larga historia de la creación existe solamente en y por el Verbo.
Cuando los teólogos intentaron articular una teología ecológica cristiana, volvieron a la idea central de la encarnación. En el centro de la fe cristiana está la afirmación de que Jesús de Nazaret es la Palabra que se hizo carne (Jn 1,14). En esta afirmación l oque se quiere decir es que no se hizo carne solo la plena realidad humana de Jesús, sino la humanidad entera abrazada por Dios en la encarnación. Como enseñaron los grandes teólogos Padres de la Iglesia, como Ireneo y Atanasio, en la Palabra que se hizo carne, Dios se hace humano para que la humanidad entera pudiera ser sanad, reunida en Dios y en El deificada.
Sin embargo, el sentido de la encarnación, del hecho de hacerse carne, no se limita a la humanidad. La carne que Dios abraza no se limita a lo humano. Incluye todo el interconectado mundo de la vida de la carne y, de alguna manera, incluye el universo entero al que la carne se relaciona y del cual depende.
El teólogo neocelandés, Neil Darragh comenta sobre esta línea de pensamiento: “Afirmar que Dios se hizo carne no es solamente decir que Dios se hizo hombre, sino que Dios se hizo una criatura de la Tierra, que Dios se convirtió en un ser sensible, que Dios se hizo un ser vivo al igual que todas las criaturas vivas…
Hoy en día, en un mundo donde innumerables formas de vida han sido destruidas y muchas otras se encuentran amenazadas, necesitamos una apropiación más profunda del significado del Dios-con-nosotros en Cristo. Necesitamos pensar en el Dios-con-nosotros en el sentido de un Dios-con-todas-las-cosas-vivas.
En la Palabra que se hizo carne, Dios se revela al corazón del ser humano, y precisamente así se revela al corazón de toda la vida en la Tierra. La encarnación de Jesús forma parte del entero modelo de creación de vida en la Tierra. Cuando la Palabra se hace carne, Dios abraza la larga e interrelacionada historia de vida en toda su complejidad y diversidad.
Denis Edwards
El compromiso ecológico y el seguimiento de Jesús
Pintura :Ir. Eleanor C. Llanes, ICM
Conferencia SEDOS 2009 - Denis Edwards