Queridos todos,
El día 3 de febrero comenzaremos a celebrar el Bicentenario de la BENDICION.
Vamos a vivir este Bicentenario en el contexto de la epidemia del COVID 19 que está afectando al mundo entero.
La Bendición, viene una vez más a confirmar la Presencia de Jesús entre nosotros, que “bendice” la misión confiada a la Sagrada Familia para continuar viviendo y ofreciendo comunión a nuestra Humanidad, que atraviesa una crisis sin precedente y cuyas dimensiones y duración no llegamos siquiera a vislumbrar.
Como nunca, estamos llamados a poner en cuestión la cultura y el estilo de vida que estamos viviendo y a tomar conciencia de las consecuencias de muerte que tiene para la Humanidad misma y para el Planeta.
Es el tiempo oportuno para escuchar de nuevo las palabras de Jesús que nos dicen: “Yo soy el que soy y sólo yo soy. Los honores y la estima humana no son más que humo, y yo soy el que soy; su amistad no es más que polvo y yo soy el que soy. Las riquezas y los placeres no son más que lodo, y yo soy el que soy y no hay otro que yo”.
¿Cómo entendemos hoy estas palabras, personalmente y como Familia de P. B. Noailles?
¿Cuál es la llamada apremiante que escuchamos?
La celebración del Bicentenario, nos da la oportunidad de reavivar en nosotros la esperanza en el amor de Dios que nos bendice y nos envía, allí donde vivimos, a compartir esta Bendición con otros en forma de cuidado, consuelo, solidaridad…
Que, en cada grupo vocacional, veamos a lo largo del año, la mejor manera de celebrar este acontecimiento que constituye un hito en nuestra historia de Familia. Que las limitaciones impuestas por la pandemia sean un estímulo a la creatividad.
Que la Bendición,
-
Nos colme de alegría y gratitud.
-
Aliente e ilumine nuestros pasos para caminar humildemente en su Presencia.
-
Reavive la fidelidad a la propia vocación y nos dé nuevo ardor en la misión.
-
Renueve la confianza en Jesús que nos sigue llamando cada día, a caminar con María y José en este tiempo de incertidumbre.
Esta es nuestra oración por cada uno de vosotros.
Con afecto,
El Comité Permanente