LA ALEGRÍA QUE EL MUNDO ENTERO COMPARTE

 

La gracia que se ha revelado al  mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. No es solamente un maestro de sabiduría, no es un ideal al que tendemos y del que nos sabemos por fuerza distantes, es el sentido de la vida y de la historia que ha puesto su tienda entre nosotros.

También en nuestra historia personal se alternan momentos luminosos y oscuros, luces y sombras. Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la luz, pero si nuestro corazón se cierra, si prevalecen el orgullo, la mentira, la búsqueda del propio interés, entonces las tinieblas nos rodean por dentro y por fuera. Pueblo en camino, sobre todo pueblo peregrino que no quiere ser un pueblo errante.

Que en esta Noche compartamos la alegría del Evangelio: Dios nos ama, nos ama tanto que nos ha dado a su Hijo como nuestro hermano, como luz para nuestras tinieblas. El Señor nos dice una vez más: “No temais ” (Lc 2,10). Como dijeron los ángeles a los pastores: “No temais”. Nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia. Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz.

 

Oración de Navidad.

Que los justos se alegren,     
porque ha nacido el que nos justifica.
Que se alegren los débiles y los enfermos,

porque ha nacido el Salvador.
Que se alegren los cautivos,
porque ha nacido su Redentor.

Que se alegren los esclavos,
porque ha nacido su Mestro.

Que se alegren los que gozan de la libertad,         
porque ha nacido su libertador.
Que todos los cristianos se alegren,
porque Jesucristo ha nacido.

(S. Augustín de Hipona  AD 354-440)

 

¡Feliz Navidad y feliz Año Nuevo 2015!