Hace 5 años...

Hace cinco años, el 16 de agosto de 2005, durante la oración del atardecer, el hermano Roger, fundador y prior de la comunidad de Taizé, fue asesinado por una mujer desequilibrada. Acababa de cumplir noventa años



Hace cinco años, el 16 de agosto de 2005,
durante la oración del atardecer, el hermano Roger, fundador y prior de la
comunidad de Taizé, fue asesinado por una mujer desequilibrada. Acababa de
cumplir noventa años.

Cada año, continúan reuniéndose en Taizé
miles de jóvenes venidos del mundo entero. El hermano Alois, con motivo de un encuentro
en la iglesia de la reconciliación,
expresaba así su alegría: «Es como una
fiesta ver a tantos jóvenes juntos en la colina viviendo en una gran
diversidad. Esto nos da la gran esperanza que una humanidad en paz es posible.»

La irradiación espiritual del Hno. Roger continúa
difundiéndose: A través de los tiempos
Dios suscita en su Iglesia hombres y mujeres que son signos visibles de la
santidad divina y modelos para el pueblo de Dios…

“Durante toda su vida, el hermano Roger siguió
el camino del Cordero: por su dulzura y su humildad, por su rechazo a todo acto
de grandeza, por su decisión de no hablar mal de nadie, por su deseo de llevar
en su propio corazón el dolor y las esperanzas de la humanidad. Pocas personas
de nuestra generación han encarnado con tanta transparencia el rostro humilde
de Jesucristo”
decía el Cardenal Kasper, en una entrevista,
publicada en "L'Osservatore Romano" del 15 de agosto de 2008. Seguía:

La unidad de los cristianos era
verdaderamente uno de los deseos más profundos del prior de Taizé, igual que la
división de los cristianos fue para él una auténtica fuente de dolor y de
tristeza. El hermano Roger era un hombre de comunión, que no llevaba bien ninguna
forma de antagonismo o de rivalidad entre personas o comunidades. Cuando
hablaba de la unidad de los cristianos y de sus encuentros con representantes
de diferentes tradiciones cristianas, su mirada y su voz mostraban con qué
intensidad de caridad y de esperanza deseaba que “todos sean uno”. La búsqueda
de la unidad era para él como un hilo conductor hasta las decisiones más
concretas de cada día: acoger con alegría toda acción que pueda acercar a los
cristianos de tradiciones distintas, evitar toda palabra o gesto que pudiera
retrasar su reconciliación. Practicaba este discernimiento con una atención que
rozaba la meticulosidad. En esta búsqueda de la unidad, sin embargo, el hermano
Roger no tenía prisa ni estaba nervioso. Conocía la paciencia de Dios en la
historia de la salvación y la historia de la Iglesia.(…) Estaba convencido que
sólo un ecumenismo alimentado por la palabra de Dios, la celebración de la
Eucaristía, la oración y la contemplación sería capaz de reunir a los
cristianos en la unidad deseada por Jesús. En este ámbito del ecumenismo espiritual
es donde me gustaría colocar la importante contribución del hermano Roger y de
la Comunidad de Taizé.”

 

¿Què vienen a buscar, en Taizè, todos estos
jóvenes?  Quizá sencillamente el encuentro con "una
comunidad cuyo centro es la bondad de corazón y la
sencillez" .(Hno. Roger Dios sólo puede amar",  p. 40)

 

          

Fotos y documentos :

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