Experiencia misionera en África

Voy a compartir mi experiencia de vida en África durante cuarenta y ocho años. El equipo de Información y Comunicación de nuestra Unidad me ha pedido que lo haga en forma de entrevista con una joven religiosa africana.

Fidèle: ¿Qué es lo que te impulsó a ir a África, concretamente a Camerún/ Chad?

Carolina: ¿Lo que me ha impulsado...: la encíclica del Papa Pio XII "Fidei donum", en la que afirmó que le parecía apropiado dirigir la atención hacia África, ya que, decía: "El éxito de la evangelización pide un aumento proporcional del número de apóstoles".

Por ello creció en mí el deseo de trabajar por la evangelización en África.

Después de mi Primera Profesión en 1956, se me asignó la Clínica Loreto de Madrid para acoger y trabajar con los enfermos.

En vísperas de mi Profesión Perpetua, solicité ir a las misiones, preferentemente África, pero tuve la respuesta algunos años más tarde. Brigitte Flanagan, Consejera General, me respondió ofreciéndome Tagal, donde llegué en agosto de 1971.

Fidèle: ¿Por qué, siendo muy joven, estabas tan motivada para ir a tierras desconocidas?

Carolina: Porque tenía un gran deseo de entregarme para seguir a Jesús, a pesar de mis temores. La acogida que me esperaba a mi llegada a Tagal me aseguró que estaba en casa. La Hermana Sole y el padre de Gaby Blouin me acompañaron y ayudaron mucho en mis primeros pasos de vida misionera. Me entregué con celo y dedicación a la atención de los enfermos, a pesar de la diferencia de idioma. En los casos difíciles, confiaba en Dios, porque en aquella época los médicos más cercanos estaban a cuarenta, sesenta o cien kilómetros de distancia y las carreteras eran intransitables.

Fidèle: Eras ya enfermera de profesión, ¿cómo actuabas con la gente que acudía confiando en ti?.

Carolina: Trabajé como Enfermera durante treinta años en los centros de salud, quince años en el Chad y quince en Sir. Además otros siete años en la cárcel de Mokolo. También me dediqué a formar y animar a la gente de las aldeas, procurando hacerles cada vez más conscientes de las precauciones necesarias para evitar enfermedades. Mi comunidad ha sido muy importante para mí. Es en la comunidad donde encontré consuelo y alegría.

Fidèle: ¿Qué valores has descubierto en nuestra sociedad que te ayudaron en tu vida consagrada?

Carolina: África es muy acogedora; de inmediato, me sentí a gusto.
Todas las decisiones se toman en familia, preferentemente en la “la familia ampliada”. Los tíos y tías tienen algo que decir a los niños. 
El respeto a la vida, incluso la de los animales, no matan a un animal si no ha hecho algún daño. Respeto por la fe de cada uno: hasta ahora, se puede encontrar en una familia: católicos, musulmanes y protestantes.

Todo acontecimiento feliz es ocasión de fiesta. Estos valores me han ayudado en mi vida religiosa, principalmente a vivir en comunidades multiculturales. En el centro de salud, acogemos y escuchamos a las personas más vulnerables, y preparamos para el Bautismo a quienes lo desean.

Desgraciadamente, estos valores se están perdiendo poco a poco, la gente se hace menos solidaria y más atraída por el dinero.

En el Norte cerca de  la frontera con Nigeria, algunos jóvenes, por falta de empleo, se unen a Boko Haram, un grupo terrorista de ideología yihadista. Mi corazón rebosa alegría y paz porque he cumplido la misión de mi Señor. Las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos han sido para mí un oasis en el que podía compartir tristezas, alegrías y sobre todo la oración diaria, la oración que me ha dado siempre impulso para empezar un nuevo día.

Soy muy feliz de ver el creciente grupo de Hermanas indígenas, voy a seguir orando por todas vosotras.

Fidèle: ¿Qué mensaje nos dejas?

Caroline: Los mensajes que os dejo son los siguientes: Vivid vuestra llamada a la vida religiosa Sagrada Familia con alegría, siguiendo a Jesús, María y José. Estad al servicio de los pobres visitándolos y escuchándolos. A las religiosas jóvenes: no os apartéis del amor de Jesús, seguid siempre el primer impulso que os llevó a seguirlo. Que vuestra relación con Dios inspire todas las demás relaciones y os dé un profundo deseo de vivir para la misión. Descubrid que la vida comunitaria es una gran riqueza que asegurará vuestra vida consagrada. Estad abiertas a compartir en comunidad: alegrías, tristezas, fracasos, éxitos, etc. Encontrad la alegría y consuelo en vuestras hermanas de comunidad. Los medios de comunicación son muy útiles pero hay que usarlos con inteligencia. Pasar la noche viendo películas, perjudica nuestra salud, nuestro apostolado, y sobre todo nuestra vida espiritual. Seamos conscientes del tiempo que pasamos con los medios de comunicación que tenemos a nuestro alcance.

Carolina Martínez

Misionera en Camerún/Chad.