La liturgia de este primer domingo de Adviento nos invita a esperar; no a una espera pasiva sino a un esperar vigilante y orante; a estar atentos al misterio que se vive en nosotros, y en todo el cosmos; a entrar en el tiempo del deseo, en el tiempo del Amor
“Estad preparados, orando en todo tiempo para que podáis escapar de todo lo que va a suceder, y para que os presentéis delante del Hijo del hombre.” (Lc 21,36)
VELAD...
“El que vela dirige su mirada al horizonte, al que viene..”
Señor, nos invitas a velar…a estar ahí…
A estar ahí donde la vida avanza,
con esperanza,
en el corazón del mundo,
donde nace un mundo nuevo.
Estar ahí presentes en cuerpo y alma, presentes con todo lo que somos.
Para escuchar el latido del corazón del mundo
oír la respiración agitada de nuestros hermanos y hermanas que sufren,
escuchar el grito de nuestro planeta herido,
para oír la llamada a la Vida…ala la Vida en Ti…
Escuchar el grito…los tiempos de sufrimiento…
Dar un sentido al sufrimiento, a mi sufrimiento y dar a luz una vida nueva…
Ser centinelas en la noche oscura…
VELAR allá donde estamos, en lo insignificante, en la vida diaria. Es ahí donde Tú nos buscas, donde nos cambias poco a poco.
VELAR simplemente porque amamos.
ORAD...
“¡La vida es diferente a lo que se cree! Es estar de pie cuando todos están confortablemente sentados. Es velar, cuando los ojos se cierran para no ver la agonía que nos amenaza, es, rivalizar en el amor para no dejar que la muerte se apodere del corazón, es orar siempre para escapar de lo que “ha de venir”…pero ¿Cómo? “No escapando del que llega” y que es el DESBORDAMIENTO del amor inconcebible de Dios."
P. Christian de Chergé (Tbhirine)
No huir del que viene…Desbordamiento del amor de Dios…En este mundo herido, sólo el amor puede aportar una respuesta a nuestra búsqueda de sentido. Y sin embargo Señor, tu no impones nada, esperas que estemos preparados para recibir: “Yo estoy a la puerta y llamo…Si alguien escucha mi voz y abre la puerta Yo entraré en su casa. (Ap)
Tu no cesas de pedirnos hospitalidad. “Permaneced en Mí como Yo en vosotros…”
No dejemos pasar el Amor que viene a visitarnos.
¡Ven Señor! Revélate. Condúcenos por el camino del amor.
En nuestra vida tan llena, ayúdanos a abrir un espacio…
Libéranos del obstáculo del miedo, del egoísmo.
Amplia el espacio de nuestra tienda para hacer lugar…para que puedas nacer Tú que eres la Ternura y el Amor.
LEVANTAOS…
Actitud que expresa la dignidad que Jesús nos devuelve siendo uno de nosotros.
Actitud del que vela y mantiene la mirada dirigida hacia lo inesperado
del que ama y levanta la cabeza para mirar al Otro
del que conforta a sus hermanos,
La actitud del que conserva hasta el final la esperanza en que Dios está con nosotros y nos ama infinitamente.
del quien sabe que está ya resucitado.
En este tiempo de Adviento “estemos preparados ante el Señor” para que su presencia nos habite y nos transforme. Que a través de nosotros, continúe y acabe la liberación de todas las esclavitudes, de los sufrimientos, de las violencias y de todas las opresiones.
“En aquel tiempo…haré brotar en la casa de David un germen justo, y practicará el derecho y la justicia… éste es el nombre que le darán: “el señor nuestra justicia” (Jr 33,14-16)
¡Levantaos, alzad la cabeza, vigilad, despertaos, rezad!
“Que el Señor os haga crecer en el amor de unos con otros y en el amor para con todos como nosotros os amamos, para que se consoliden vuestros corazones con santidad irreprochable ante Dios, nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (1Ts 3,12-13)
VELAD – ORAD – LEVANTAOS
FAROS QUE ILUMINAN NUESTRO ADVIENTO