7º día

30/11/2021

Soy capitular para la totalidad, ¿o solo para mi contexto?

Al revisar el camino recorrido desde febrero-marzo, Matthieu propuso que las participantes realizaran una autoevaluación. Como capitulares ¿Os preocupa la vitalidad de todo el Cuerpo? ¿Sois capaces de mantener un estado interior de discernimiento? ¿Sois conscientes de que este rol es diferente de cualquier otro que podáis desempeñar? Las invitó a hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuál es el papel de una capitular? ¿Qué debo hacer cuando asumo este puesto? ¿Qué debo dejar para estar plenamente comprometida con esta responsabilidad?

Una invitación a un tiempo de “autorreflexión”, para sentir y entrar realmente en la fe, conectándose gradualmente con sigo misma.

Hay que considerar dos cosas:

• Soy capitular

• Fase de discernimiento en que me encuentro

Cuatro preguntas para la reflexión personal:

1. ¿Hasta qué punto he asumido el papel de capitular? ¿Actúo desde el lugar que me corresponde como parte del Cuerpo?

2. ¿Qué preocupaciones me han impedido considerar las cosas desde la perspectiva del Todo?

3. ¿Qué podría haberme perdido de lo que algunas de mis Hermanas han estado compartiendo?

4. ¿Qué otros elementos clave de un proceso de discernimiento he pasado por alto?

 

Después de reflexionar sobre la propia experiencia del camino realizado, compartimos  algunas respuestas:

• Somos un grupo que representa un Cuerpo, un sistema.

• Estamos “sintiendo y presenciando” (Teoría U) lo que resuena en nosotras como personificación del Todo.

• Vamos haciendo un camino juntas por medio de nuestra reflexión y discernimiento.

• Estamos arraigadas en nuestro compromiso personal como capitulares, siendo conscientes de lo que vivimos interiormente.

Desafíos que enfocan el rol:

• El compromiso común puede ser un problema, debido a las diferencias de idioma y cultura. Pero hay formas intangibles de conectarse entre sí, a pesar de que las reuniones y las conversaciones son limitadas

• Nos interrogamos sobre la calidad de la escucha generativa y si lo que más nos preocupa es preparar informes.

• Ha habido cierta tensión, sentido de urgencia, tiempo para “dejar ir” y seguir adelante, las Hermanas esperan algo nuevo de nosotras.

• Existe una cierta falta de apertura al proceso y preocupación por el futuro.

• ¿Nos hemos alejado de lo esencial, tenemos alguna resistencia al proceso y el modo en que lo estamos realizando?

• Sensación de tensión al participar y gestionar el zoom y los aspectos técnicos.

La segunda parte de la sesión de hoy consistió en un retorno a los informes realizados por ocho grupos diferentes desde febrero-marzo: Interculturalidad, Misión y Vocación misionera, Formación, Finanzas, Estructuras, Estructura del Vicariato, Unidades en el ocaso de la Vida y Familia de PBN.

Los capitulares se dividieron en ocho nuevos grupos para estudiar estos temas; sin embargo, las facilitadoras habían tenido cuidado de asegurarse de que nadie fuera asignada a un tema en el que ella ya había trabajado anteriormente.

Después de leer y reflexionar sobre el documento, la tarea del grupo fue considerar en qué medida las propuestas de cada grupo en particular se ajustaban a la situación crítica del Cuerpo, y ¿qué es lo que aún falta por hacer?

Se dio tiempo al espacio personal y el intercambio grupal. A última hora tuvo lugar la sesión de escucha en la Asamblea plenaria.

En general, los grupos agradecieron el trabajo realizado por los distintos equipos.  Sin embargo, existía la sensación de que algunos de los informes no habían ido lo suficientemente lejos en la formulación de propuestas prácticas, capaces de marcar una diferencia real o de sacar al Cuerpo de su situación crítica. Parece indicado seguir trabajando sobre estos temas.